Supervivencia en el 2012
La fecha de la catástrofe, 21 de diciembre del año 2012, se acerca cada vez más, y es por esto que muchas personas están empezando a sentir pánico.
Ya sabemos que nuestra infraestructura no puede manejar una catástrofe global y/o a gran escala, y muchos de nosotros no estamos preparados para algo tan terrible como lo que dicen las predicciones para el año 2012: erupción de volcanes, terremotos, tormentas, inundaciones, maremotos, guerras, hambre, una intensa radiación, y cambio climático alarmante.
Sabemos que el gobierno ya tiene pensado un conjunto de personas para la continuación de nuestra especie en caso de un apocalipsis en el año 2012.
Sólo se admitirán aquellas personas necesarias para mantener el orden, sostener la cuantía mínima de la vida, y asegurar que los seres humanos continúen sobre la faz de la tierra.
Pero, ¿Cómo pueden las personas elegidas sobrevivir al 2012? ¿Pueden subsistir? En el caso de destrucción total de la superficie terrestre o destrucción planetaria, simplemente no hay esperanza, ni siquiera para aquellos establecidos por el Gobierno en cuestión de supervivencia, y mucho menos para el resto de nosotros.
Pero en el caso de una catástrofe mundial, que no significa la aniquilación total, hay un rayo de esperanza.
Lo primero, es darse cuenta de que una vez que viene el año 2012, con todos los desastres que lo acompañan, nuestra forma de vida tendrá que cambiar.
Nuestras redes eléctricas se apagarán, la comida dejará de ser preservada y tendrá que ser cosechada como en las viejas costumbres (si es que pueden sobrevivir al clima), y el agua tendrá que ser hervida (si existiera agua potable).
La información se perderá, los teléfonos y los celulares no funcionarán, y los coches se convertirán rápidamente en obstáculos en medio del pánico.
Los pensadores rígidos y las personas cerradas, serán las primeras en morir en el nuevo mundo.
La planificación de la crisis es la mejor manera de prepararse, saber dónde acudir ante el colapso de la infraestructura o las carreteras antes de que se tapen con el tráfico de personas tratando de escapar de las ciudades.
También será importante, aprender qué suministros recoger, y cómo sobrevivir sin las comodidades estándar.
La mejor manera de hacerlo, es formando parte de grupos de supervivencia, con base en el altruismo. Al igual que los elefantes trabajan juntos para apoyar el uno al otro y protegerse de los peligros del exterior.
Lo que hay que entender, es que, aunque el año 2012 parece desalentador, si usted puede sobrevivir a través del impacto del apocalipsis (la actividad solar, el planeta X, o el cambio climático), la tormenta pasará con el tiempo.
Con la preservación de la vida humana y el conocimiento, las cosas pueden volver a algo parecido a lo que era, pero con una visión nueva, mucho más atentos, y con la comprensión, de que no somos señores de esta creación.
Los mayas, que son los únicos cuyo calendario termina el 21 de diciembre de 2012, veían el próximo fin del ciclo con la celebración, por el nacimiento de una nueva etapa.
Como con cada nacimiento, hay dolores de parto, sangre, miedo, y gritos. Pero al final, con una preparación suficiente y la alimentación adecuada, la vida puede continuar.
Ya sabemos que nuestra infraestructura no puede manejar una catástrofe global y/o a gran escala, y muchos de nosotros no estamos preparados para algo tan terrible como lo que dicen las predicciones para el año 2012: erupción de volcanes, terremotos, tormentas, inundaciones, maremotos, guerras, hambre, una intensa radiación, y cambio climático alarmante.
Sabemos que el gobierno ya tiene pensado un conjunto de personas para la continuación de nuestra especie en caso de un apocalipsis en el año 2012.
Sólo se admitirán aquellas personas necesarias para mantener el orden, sostener la cuantía mínima de la vida, y asegurar que los seres humanos continúen sobre la faz de la tierra.
Pero, ¿Cómo pueden las personas elegidas sobrevivir al 2012? ¿Pueden subsistir? En el caso de destrucción total de la superficie terrestre o destrucción planetaria, simplemente no hay esperanza, ni siquiera para aquellos establecidos por el Gobierno en cuestión de supervivencia, y mucho menos para el resto de nosotros.
Pero en el caso de una catástrofe mundial, que no significa la aniquilación total, hay un rayo de esperanza.
Lo primero, es darse cuenta de que una vez que viene el año 2012, con todos los desastres que lo acompañan, nuestra forma de vida tendrá que cambiar.
Nuestras redes eléctricas se apagarán, la comida dejará de ser preservada y tendrá que ser cosechada como en las viejas costumbres (si es que pueden sobrevivir al clima), y el agua tendrá que ser hervida (si existiera agua potable).
La información se perderá, los teléfonos y los celulares no funcionarán, y los coches se convertirán rápidamente en obstáculos en medio del pánico.
Los pensadores rígidos y las personas cerradas, serán las primeras en morir en el nuevo mundo.
La planificación de la crisis es la mejor manera de prepararse, saber dónde acudir ante el colapso de la infraestructura o las carreteras antes de que se tapen con el tráfico de personas tratando de escapar de las ciudades.
También será importante, aprender qué suministros recoger, y cómo sobrevivir sin las comodidades estándar.
La mejor manera de hacerlo, es formando parte de grupos de supervivencia, con base en el altruismo. Al igual que los elefantes trabajan juntos para apoyar el uno al otro y protegerse de los peligros del exterior.
Lo que hay que entender, es que, aunque el año 2012 parece desalentador, si usted puede sobrevivir a través del impacto del apocalipsis (la actividad solar, el planeta X, o el cambio climático), la tormenta pasará con el tiempo.
Con la preservación de la vida humana y el conocimiento, las cosas pueden volver a algo parecido a lo que era, pero con una visión nueva, mucho más atentos, y con la comprensión, de que no somos señores de esta creación.
Los mayas, que son los únicos cuyo calendario termina el 21 de diciembre de 2012, veían el próximo fin del ciclo con la celebración, por el nacimiento de una nueva etapa.
Como con cada nacimiento, hay dolores de parto, sangre, miedo, y gritos. Pero al final, con una preparación suficiente y la alimentación adecuada, la vida puede continuar.
