viernes, 3 de agosto de 2012

PRIMERA PARTE - Seth


Seth Habla sobre Crear su Propia Realidad

A pesar que seguia persistiendo en mi eterna busqueda de respuestas significativas a mis preguntas y de que mi deseo de encontrar la forma de ayudar a los demas a cumplir sus metas de forma mas efectiva era cada vez mayor, me sitraje temporalmente de todo eso por la nueva vida que Esther y yo estabamos llevando juntos en Fenix, Arizona.

Nos habiamos casado en 1980, despues de habernos tratado por varios años, y descubrimos que eramos inexplicablemente compatibles.
Viviamos en la la alegria, dia tras dia, explorando nuestra nueva ciudad, construyendo nuestro nuevo hogar y descubriendo nuestra vida juntos. Y aunque Esther no compartia exactamente mi sed de conocimiento a mi apetito por respuestas, se sentia emocionada ante la vida, siempre estaba felia y era muy agradable estar con ella.

Un dia, mientras estabamos compartiendo unos momentos en una biblioteca me tope con un libro titutlado: " SETH HABLA , por Jane Roberts, y me parecio que antes de tomar el libro del estante ya estaba sintiendo que se me ponia de nuevo la piel de gallina por todo mi cuerpo y me cubria de esa sensacion de hormigueo. Pase las hojas del libro, preguntandome cual podria ser su contenido para que causara el efecfto de mi respuesta emocional.

Durante el tiempo que Esther y yo habiamos estado juntos, habia descubierto solamente un punto algido entre nosotros. Ella no queria escuchar ni hablar de mis experiencias con la ouija.
Cada vez que me lanzaba ( en lo que yo consideraba ) un recuento extremadamente divertido, Esther salia de la sala. A ella le habian enseñado en su infancia a temer profundamente todo lo relacionado con lo no fisico y como no queria molestarla, dejede contar mis historias, por lo menos , en su prescencia. Por esa razon, no me sorprendio que ella no quisiera saber nada del libro SETH HABLA...

La autora Jane Roberts, entraba en una especie de trance y permitia que Seth, una personalidad no fisica, hablara a traves de ella para dictarle una serie de libros de gran influencia, llamados los libros de Seth. Las obras me parecieron motivadoras y fascinantes, y comence a encontrar una posibilidad de encontrar respuestas a mi larga lista de preguntas. Pero, Esther tenia miedo de ese libro.
Su molestia surgio de inmediato, tan pronto se entero de la manera en que el libro habia sido escrito, y se me agravo intensamente cuando vio la extraña fotografia en la en la contraportada del libro de Jane, en trance, hablando por Seth.

"Puedes leer el libro si quieres", me dijo Esther, "pero, por favor, no lo traigas a nuestra habitacion".
Siempre he creido en juzgar el arbol por sus frutos, por esa razon, todo lo que considero, lo hago desde el punto de vista de como me siento yo al respecto....y mucho del material de Seth me hacia sentir muy bien. Entonces, no me parecia importante de donde venia ni como era presentado, sencillamente sentia que habia encontrado informacion valiosa que yo podia usar, y que podia pasarsela a las personas a quienes pensaba que podria serle util. !Estaba emocionado!




CAPÍTULO UNO: Conocemos a Seth

Las circunstancias que condujeron a las sesiones de Seth, todavía me sorprenden. Por ejemplo, yo no estaba divagando y buscando un sentido de propósito definido. Mi primera novela acababa de publi­carse a la rústica y todas mis energías se hallaban canalizadas en la idea de llegar a ser una buena novelista y poeta. Consideraba el ensayo como el campo clásico de los periodistas y escritores no creativos. Pen­saba que mi vida y mi obra estaban ya planeadas y mi curso perfecta­mente marcado. No obstante, aquí estoy, escribiendo mi tercer libro de ensayos.

Pese a todo, el año de 1963 fue un año malo para nosotros. Rob padeció un fuerte malestar en la espalda y difícilmente se sentía lo bas­tante bien para pintar, cuando llegaba a casa del trabajo. Por mi parte, yo tenía dificultades para definir una idea para otro libro. Nuestro viejo perro mascota, Mischa, había muerto. Quizás estas circunstan­cias me hicieron darme más cuenta que de costumbre, de la gran vul­nerabilidad humana, aunque ciertamente muchas personas han sufri­do años difíciles, sin que ello resulte en el surgimiento de fenómenos psíquicos. Quizás, sin saberlo, yo había llegado a una crisis mental y mis aptitudes psíquicas despertaron como resultado de la necesidad interna.

Lo que ocurrió después fue algo como un "viaje" sin drogas. Si al­guien me hubiera obligado a ingerir, sin que me diera cuenta, una pas­tilla de LSD, la experiencia no hubiera sido más enloquecedora. Entre un minuto normal y el siguiente, una fantástica avalancha de nuevas y radicales ideas estalló en mi cabeza con tremenda fuerza, como si mi cráneo fuera una especie de estación receptora, sintonizada con un volumen insoportable. No sólo las ideas me brotaron a través de este canal, sino también sensaciones, intensificadas y punzantes. Yo me sentía perfectamente sintonizada, encendida o de cualquier otro modo que se quiera llamar, conectada con alguna increíble fuente de energía. Ni siquiera tuve tiempo para llamar a Rob.

Fue corno si el mundo físico fuera realmente un trozo de papel muy delgado, que ocultara infinitas dimensiones de realidad y yo, de súbi­to, me estuviera arrojando a través del papel con un fuerte ruido de estrujamiento. Mi cuerpo se hallaba sentado ante la mesa, mientras mis manos furiosamente garrapateaban las palabras e ideas que, como destellos, me embargaban la cabeza. Sí, yo parecía ser alguien diferen­te y, al mismo tiempo, viajaba a través de las cosas. Empecé a deslizar­me hacia abajo a través de una hoja, para descubrir todo un universo completamente abierto ante mi y luego, de nuevo me veía arrojada hacia nuevas perspectivas.

Sentía como si se me estuviera implantando conocimiento en las mis­mas células de mi cuerpo, de modo que no pudiera yo olvidarlo, un saber que me penetraba los intestinos, una espiritualidad biológica. Era algo así como un sentimiento y un conocimiento, más que sabiduría inte­lectual. Al mismo tiempo, recordé haber tenido un sueño la noche an­terior, que ya había olvidado, en el que había tenido lugar esta misma suerte de experiencia; y sabía que las dos cosas estaban conectadas.

Cuando recobré la conciencia, me encontré borroneando lo que ob­viamente se pretendía que fuera el título de un antiguo grupo de notas: El universo físico en la construcción de ideas. Posteriormente, el Material de Seth desarrollaría esas ideas, reas en ese momento no lo sabía. En una de las primeras sesiones, Seth dijo que éste había sido su pri­mer intento de ponerse en contacto conmigo. Sólo sé que, si hubiera empezado a hablar por Seth aquella noche, me hubiera sentido total­mente aterrorizada.

Como ocurrieron las cosas, yo no sabía qué es lo que había pasado y, no obstante, hasta en ese momento, pensé que mi vida toda había cambiado de súbito. La palabra "revelación" surgió en mi mente en ese momento y yo traté de desecharla, a pesar de que la palabra era perfectamente cabal y precisa. Simplemente yo sentía temor por el tér­mino y sus implicaciones místicas. Estaba familiarizada con la inspira­ción en mi propio trabajo; mas esto era algo muy diferente a la ins­piración ordinaria, como lo es un pájaro de un gusano.

Las ideas que "recibí" eran exactamente así de asombrosas. Voltearon por completo mis ideas de realidad. Esa mañana y cada mañana hasta ese instante, yo siempre había estado segura de una cosa: se podía con­fiar en la realidad física. Quizás no fuera de nuestro agrado en oca­siones, pero se podía tener confianza en ella. Se podían modificar las ideas hacia ella, si así se deseaba; pero esto de ninguna manera cambiaría lo que era la realidad. Ahora nunca podría sentir de ese modo otra vez.

Durante esa experiencia yo supe que nosotros formábamos la ma­teria física y no lo contrario; que nuestros sentidos nos mostraban úni­camente una realidad tridimensional, sacada de entre un número infi­nito que no podíamos percibir ordinariamente; que podíamos confiar

en nuestros sentidos hasta y únicamente en tanto no hiciéramos pre­guntas que estuvieran más allá del alcance limitado del conocimiento.

Pero algo más: simplemente no sabía, por ejemplo, que todo posee su propia conciencia. Ahora, de pronto, sentí la fantástica vitalidad presente hasta en cosas que con anterioridad yo había considerado inanimadas. Un clavo se hallaba pegado en el antepecho de la venta­na, y yo experimenté brevemente la conciencia de los átomos y las mo­léculas que lo componían.

A pesar de todas mis ideas anteriores y mi sentido común, supe que el tiempo no era una serie de momentos que tenían lugar uno antes del otro, y cada uno era algo así como una pinza para tender ropa en un tendedero, sino que toda experiencia existía en alguna especie de ahora eterno. Todo esto fue garrapateado con mucha rapidez y todavía con­servo ese manuscrito. Incluso ahora me llena con ese sentido de des­cubrimiento y revelación.

He aquí algunas notas sacadas de ese manuscrito:

"Nosotros somos porciones individualizadas de energía, materiali­zadas dentro de la existencia física, para aprender a formar ideas de energía y hacerlas físicas (ésta es la construcción de ideas). Proyectamos ideas en un objeto, de manera que podamos manejarlo. Pero el objeto es el pensamiento materializado. Esta representación física de la idea nos permite aprender la diferencia entre el `yo' que piensa y el pensamiento. La construcción de ideas nos enseña el `yo' que es, al mostrarle a él sus propios productos de una manera física. En otras palabras, aprendemos contemplando nuestras propias creaciones. Apren­demos el poder y efecto de las ideas trasmutándolas en realidades fí­sicas, y aprendemos responsabilidad en el uso de la energía creativa.. .

"La entidad es el yo básico, inmortal y no físico. Se comunica sobre un nivel de energía con otras entidades y posee un casi inagotable su­ministro de energía a su mando. El individuo es la porción del yo total que manejamos para expresarlo físicamente.. .

"El ojo proyecta y enfoca la imagen interna (idea) en el mundo físi­co, de la misma manera que una cámara cinematográfica transfiere una imagen sobre una pantalla. La boca crea palabras. Los oídos crean sonido. La dificultad en entender este principio se debe al hecho de que nosotros damos por supuesto que la imagen y el sonido ya existen para que los sentidos los interpreten. La verdad es que los sentidos son los canales de creación por los cuales la idea se proyecta en una expre­sión material.

"La idea básica es que los sentidos se desarrollan no para permitir el conocimiento de un mundo material ya existente, sino para crearlo..."

Esas ideas fueron solamente una piedra de toque para lo que vendría después. El manuscrito finalmente llegó a consistir de alrededor de cien páginas, incluyendo nuevas definiciones de términos viejos. Por ejemplo: "El subconsciente es el umbral del nacimiento de la idea dentro de la mente consciente individual. Conecta a la entidad y al individuo.. .

“El cuerpo físico es la construcción material de la idea que la identidad tiene sobre sí misma, bajo las condiciones y propiedades de materia. El instinto es la habilidad mínima para la construcción de ideas, nece­sarias para la supervivencia física. . . El presente es el punto aparente del surgimiento de cualquier idea en forma de materia física."

Creo que esta experiencia y el manuscrito fueron extensiones de los procesos subconscientes creativos que se encuentran tras cada acto creador; la creatividad normal "encendida" de pronto o alcanzada hasta un grado increíble. En esa noche se generó suficiente energía para cambiar la dirección de mi vida y la de mi esposo. Por esta razón creo que tales experiencias son de máxima importancia psicológicamen­te. Estoy segura que este acontecimiento suscitó el surgimiento de mis propias facultades "psíquicas" insospechadas y actuó como gatillo para la producción del Material de Seth.

Aparentemente yo alcancé un punto en el que estas aptitudes estu­vieron listas para mostrarse y así lo hicieron. Debido a mi adiestra­miento previo como escritora, emergieron a través de palabras, más que, digamos, a través de visiones recibidas en una experiencia que me atemorizaría demasiado.

También me gustaría mencionar que yo creo que la facultad psíqui­ca por sí misma es un afloramiento o extensión de aptitudes creativas, inherentes en cada uno de nosotros y, por ende, normales, en vez de supranormales. Sin embargo, como el lector verá después, sí creo que estas habilidades son atributos de otra porción de nuestras personali­dades, con las que no estamos relativamente familiarizados. Creo, en­tonces, que las aptitudes creativas normales, elevadas, nos sintonizan con otras dimensiones de la realidad.



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